Obbatalá Yekú Yekú o Yekú Oño

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Obbatalá Yeku Yeku o Yeku Oño, no deja de ser un personaje misterioso, oscuro y enigmático, del cual poco o nada es lo que se puede encontrar dentro de nuestra tradición afrocubana o para los efectos, dentro de las tradiciones más “Populares” en tierras africanas. Lo único que podemos utilizar para descifrar a este Obbatalá, es la iconografía que nos presenta nuestro Corpus de Ifá y así, tratar de lograr una HIPÓTESIS, que trate de apuntarnos hacia la dirección correcta, sobre quién puede ser este personaje.



Es más, como símbolo vivo de este misterio, oscuridad y enigma en nuestra religión, hasta existen serios debates acerca de si Obbatalá Yeku Yeku es masculino o femenino, aunque en ambos casos, se considera una persona anciana. Sin embargo, a la fecha, no se tiene ninguna información fehaciente, que nos pueda mostrar la feminidad de este Obbatalá.

De hecho, las únicas referencias “Sólidas” que podemos encontrar de Yeku Yeku, las podemos leer en el Odu de Ifá Afrocubano Okana Meyi, y que, en este caso, nos dice que es ciego y un anciano que destruye por soberbia, el cual come Carnero blanco. Y en efecto, es en el Odu de Ifá Afrocubano Oggunda Ogbe, donde nace la ceremonia de dar carnero blanco a Obbatalá y que se hace específicamente, debido a este Obbatalá que, por cierto, es una ceremonia bastante delicada.

Otra de las referencias que nos muestra claramente, que este Obbatalá es masculino y que además está lejos de ser un anciano, es el Odu de Ifá Afrocubano Otura Ofun. Veamos:

“Oyá tenía un pacto con Obbatalá Yeku Yeku, el cual era un bandolero de armas tomar. Este vivía en una cueva a la orilla de la playa. Entonces, Oyá con su virtud de remolino, envolvía a los viajeros y estos, extraviados por el viento, se metían en la cueva y Obbatalá Yeku Yeku los mataba con un machete, los despojaba de sus vestiduras y tesoros, los envolvía en tela de araña y los enterraba en una fosa que tenía al pie de la playa, cubriéndolos con una roca.

Aquella comarca estaba asolada por la muerte. Nadie se atrevía a viajar para no perder la vida. Producto de esto, la población fue a ver al Rey, el cual era un Awó de Orunmila, para que éste ayudara a su tierra a superar esta desagracia. El Rey se vio con Ifá, este Odu se presentó, donde decía que él pondría el nombre de Ifá muy alto en esa tierra. Además, Ifá le mandó a hacer Ebbó, para que tuviera éxito en esa empresa.

El Rey se preparó para el viaje, después de haber hecho el Ebbó, el cual llevaba un animal específico, y con éste atado a la cintura emprendió el viaje.

Cuando atravesaba el territorio, los remolinos que Oyá producía, lo llevaron a la cueva en que se encontraba Obbatalá Yeku Yeku. Al encontrarse con él, le dio de comer el animal, lo ató con una cadena y entonces llamó a Oyá, diciéndole: Debemos hacer un pacto de consagración, para poder tener nosotros el poder que necesitamos.

Entonces Oyá quedó custodia de la virtud de Otura Adakoy y Obbatalá Yeku Yeku su secretario”.

Bien, como vemos queda provisionalmente descartado el hecho de que este Obbatalá sea femenino, a falta de pruebas escritas de ello. Otros Odus mencionan muy escuetamente a Yeku Yeku y nos quedan tan solo pocos hechos de quien o que, pudiera tratarse.

Lo primero que vemos en la historia del Odu Otura Ofun, es que Obbatalá Yeku Yeku, era un bandolero solitario, vivía en una cueva, usaba “Machete” y además envolvía a las personas en telas de araña. No hay que ser extremadamente deductivo, para darse cuenta que nos están hablando de una araña y que, por los rasgos y hábitat descritos, podemos decir que se trata sin lugar a dudas de una tarántula.

En el Patakí, podemos ver que Yeku Yeku vive en lugares de mucho polvo, los machetes, obviamente, se trata de los “colmillos” y el hecho de envolver a sus víctimas en tela de araña, hace obvio que se trata de una tarántula, las que tienen este tipo de costumbre y luego poder “comer” a sus presas.

En nuestro Ifá Afrocubano, no es extraño ver historias de arañas gigantescas o humanizadas en cierta forma. En Oyekun Meyi, por ejemplo, nace “La Araña Peluda”, o tarántula, la cual se dice que cuando canta, revive la muerte y que es entonces, cuando Oyekun se manifiesta. En este ejemplo, no es extraño que veamos la relación de Yeku Yeku, cuando este Odu es llamado, Agba Yeku Yeku o sea, el Anciano Yeku Yeku o Anciano de la muerte inminente. Yé Ikú significa “Ellos Mueren”, el contexto en yoruba, al decirlo doble, nos habla de la inminencia de esta muerte. Tampoco podemos desdeñar que Oyekun Meyi, nos dice MAFEREFUN Obbatalá.

De hecho, el nombre alterno de este Obbatalá, es Yeku Oño. Si tomamos, que la “Y” en yoruba, se pronuncia como “Ñ” en español, podemos decir Yekú Óyó, lo que significa: “Realmente mueren”. Si vemos la personalidad descrita de Yeku Yeku que nos da el Odu Afrocubano Okana Meyi, entonces comprendemos mejor el nombre, ya que este Odu nos dice que Yeku Yeku es un anciano que destruye por soberbia.

La adoración de las arañas, no es extraña en tierras yoruba. Estas adoraciones van desde el simpático tahúr, como lo es Anansi, hasta J'Ba Fofi, una espectacular araña de dos metros, letal para el hombre y que es parte de la mitología Bantú, colindante en sus tiempos imperiales, con el imperio yoruba. De hecho, no puede pasar desapercibido el hecho, de que Nigeria, es el hogar de una de las especies de tarántula, más grande del mundo. Según Richard Gallon, de la Sociedad Aracnológica Británica, la Araña Babuino Hércules (Hysterocrates hercules), que no se ve en la naturaleza desde el año 1900, se dice que medía hasta 20 centímetros, era de color rojizo-marrón y tejía sus telarañas en su madriguera, para que sus presas cayeran enredadas. El único espécimen, vive en un frasco de conservación en el Museo de Historia Natural de Londres, Inglaterra.

Lo que sí tenemos hoy en día, es un debate en si se trata de la misma especie, que otra enorme congénere: La Araña Babuino del Camerún o la Hysterocrates gigas y que estoy seguro, que no quisieran encontrarse con ella. Su nombre deriva del hecho que los babuinos las suelen comer, y por esto, estas tarántulas pueden ser agresivas con los primates, inclusive los humanos. Cuando se sienten amenazadas, se levantan sobre dos patas y emiten un inquietante silbido. O al menos eso dicen las leyendas de Nigeria. Esto nos puede explicar, porque Oyekun Meyi, nos dice que la tarántula “Cuando canta, revive la muerte”.

La relación con el viento, o sea, Oyá, que vemos en el Patakí afrocubano, bien puede relacionarse con las observaciones de estas etnias, con respecto a los vientos y las cosas que traen consigo. En África, tenemos un tipo de viento que está íntimamente relacionado con Oyá y es conocido como el Harmattan. El Harmattan, es una temporada en el subcontinente de África occidental, que se produce entre finales de noviembre y mediados de marzo y que se caracteriza por vientos alisios secos y polvorientos del noreste. Si vemos el Patakí de Otura Fun, vemos como estos vientos a orillas del mar, se encargaban de perder a los viajeros. No es casualidad, que de la zona donde se adoran y se temen a las arañas, sea costera, ya que hablamos de las regiones del Calabar.

El Dr. Chris Low, de la Universidad de Oxford, publicó en el Journal of the Royal Anthropological Institute13 (s1): S71 - S90 · Abril 2007, un artículo sobre las creencias de cómo se relacionan los vientos con fenómenos ambientales y como esto afecta la epistemología y la ontología, de ciertos pueblos africanos en las regiones del Congo:

“El viento del norte trae moscas, resfriados y tos. El viento del oeste, trae moscas que pican. El viento del oeste saca serpientes, escorpiones y una criatura parecida a una araña de color caqui con muchas patas. Es peluda y chupa los testículos de los hombres. El viento es malo para las mujeres y los niños pequeños hasta los 2 años”.

Como vemos, no es difícil, relacionar a Oyá con los vientos que muchas veces obligan a guarecerse, ya que la visibilidad es nula. Tampoco es raro ver, la adoración como "Gran Sabio" de la araña, la cual podemos ver en el oeste de tierras nigerianas, específicamente en las áreas del Calabar. De hecho, dentro de las etnias yoruba, podemos encontrar tradiciones que se relacionan con las arañas. En tierras yoruba, podemos encontrar inclusive, un sistema de adivinación, basado en las arañas. El Dr. Philip M. Peek, prestigioso antropólogo de Drew University en Nueva Jersey, nos describe en su libro African Divination Systems: Ways of Knowing (Indiana University Press, 1991), que las arañas son mediadores entre dioses y hombres. La araña vive en el suelo, por lo que es el principal agente de adivinación, principalmente porque vive en la tierra, cerca de los antepasados. El Dr. Peek, nos describe el sistema:

“El adivino extrae una gran cantidad de "Cartas" confeccionadas de hojas marcadas, desde un recipiente que se confecciona de cola de ardilla (que también se considera un mensajero entre los mundos). Estas “cartas” se colocan cerca de la madriguera de la araña y todo es cubierto con una tapa (Jícara). Cuando se quita la tapa, las alteraciones que sufran las cartas por los movimientos de la araña, son "leídas" por el adivino”.

Según el Profesor de ciencias antropológicas Michael D. Fischer, catedrático de la Universidad de Kent en Inglaterra, este sistema de adivinación fue adoptado muy particularmente en la Meseta de Mambila, hacia las llanuras de Ndom, en el estado de Cross Rivers en Nigeria y habitadas por la etnia del mismo nombre, un grupo común entre los yorubas ubicados entre Nigeria y Camerún. El pueblo Mambila forma parte del cinturón central y, aunque se pueden encontrar semejanzas con grupos al norte y al sur, no pertenecen a ninguna región en particular. Ellos llaman a este sistema Nggàm, lo que se traduce como “Adivinación de Araña” ¿Y Cuál es la araña preferida para esta adivinación? Una tarántula, la Hysterocrates gigas.

Para los Mambila, la araña vive en madrigueras, sale por la noche, lo que puede explicarnos, el por qué a Yeku Yeku, no puede darle el sol. También la asocian simbólicamente con la sabiduría, el alto rango y la muerte. Para ellos, la araña puede cruzar entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos. Tienen un gran apego a las mascaradas de Eggun, a las cuales llaman “Sua”. Este pueblo, fue pesadamente fustigado, para la cacería de esclavos a finales del siglo XIX y además formaba parte de la “Ruta de Kolá”.

Los Mambila llaman a su dios supremo, bajo el nombre “Chàŋ”, el cual, al igual que Olodumare, es un Dios remoto y distante. Sin embargo, para ellos Chàŋ es el causante de todo lo bueno o todo lo malo. Otras causas de males, o “Enfermedad”, son los hechiceros. Sin embargo, el poder de todos los "tratamientos" (lə) se le atribuye universalmente a Chàŋ.

El catedrático de la University of Oxford Profesor David Zeitlyn, en su libro Sua in Somié: Mambila Traditional Religion, considerando a Chàŋ con más detalle, nos dice que este es visto como el creador del mundo y todo lo que hay en él. Se suele decir que Chàŋ decide qué sucederá y que la gente no puede evitarlo. Por ejemplo, la respuesta estándar en una audiencia por una muerte, es común que sea; “Chàŋ né ten” (Chàŋ Existe) y parece tan implacable que no hay forma de interceder ante Chàŋ. De hecho, Chàŋ es el creador de la adivinación, y su mensajero es la araña, así como también es creador de todo lo demás. Vale la pena destacar, que la adivinación por medio de las arañas, es el más importante método de adivinación de los Mambila.

Bien, teniendo todo esto como referencia, pero además, viendo los esfuerzos de nuestros viejos por conservar en lo posible, gran parte de las creencias de las diferentes etnias que llegaron a Cuba y que, en muchos casos, Obbatalá es el representante de Olofin en la tierra, la HIPÓTESIS (PERSONAL y no escrita en piedra), apunta a que Obbatalá Yeku Yeku, no es otro que “CHÀŊ”, el Dios Todopoderoso de los Mambila y su referencia a las tarántulas es clara, como claro es el Odu de Ifá Otura Adakoy, en que cuando hablamos de Obbatalá Yeku Yeku, estamos hablando de una tarántula.

Tu amigo de siempre,

Águila de Ifá

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