Ìyá l'òrìsà Madre Señora - Oxum Muiwà.
Madre Señora - Oxum Muiwà - 100 años en 31/03/2000.
Maria Bibiana del Espiritu Santo - hija legítima de Félix del Espíritu Santo y Claudiana del Espíritu Santo, nacida el 31/03/1900, en la Ladera de la Plaza en Salvador. Falleció el 22/02/1967
Del libro Historia de Um Terreiro Nagó - (pags 69 a 76)
Mestre Didi - Dioscóredes Maximiliano dos Santos Las fiestas de Oxun, Señora de la Dulzura y de la Hermosura.
El Domingo de Oxun Muiwà y el Domingo de todas las Oxun.
El quinto domingo de las fiestas del año es dedicado a Oxun(Òsun), la orixá (Òrìsà) de la recordada Iyalaxé Iyanassô Opô Afonjá, Madre Señora.
En ese día la casa de Xangô (Sàngó ) está cerrada porque, siendo el quinto domingo de las fiestas de Oxalá (Obàtálá) y el primero de las fiestas de Oxun (Òsun) , la Ìyá l'òrìsà deja la casa de Xangó (Sàngó) y se muda para la de Oxun (Òsun), para hacer allí las obligaciones del orixá (Òrìsà).
Ella ofrece a Oxun (Òsun) una cabra, gallinas, patos, una gallina de Angola, palomos y nueces de cola (planta originaria de África).
El sacrificio, en estas fiestas, es un espectáculo y, apenas terminado, Oxum (Òsun) viene a recibir los animales y agradecer a todos sus hijos.
Danza tres cánticos con sus hijas, que la reciben arrodilladas en señal de adoración. Seguidamente, las hijas cantan el saludo de Oxum Muiwá:
Iyá mi agbá ijexá orá iyêiyê
Eniti ayabá teni bu omi ô
Iyá mi kê sóró kê mãmá só ó ó ó
Eun ji bibá ogun ayabá ô mi ô
Ebé ri odô ni kodô
Ora iyêiyê ô!
Oxum (Òsun) agradece, manda que todos se levanten y se despide avisando que aguarden su vuelta a la noche.
A las cuatro de la tarde se realiza el padé, con la presencia de la Ìyá l'òrìsà, de los Obás (Cargo jerárquico dentro del terreiro Ilé Axé Opó Afonjá), de los Ogans (tocadores de atabaques), de las hijas de la casa y de los invitados.
Realizado el Padé, la fiesta se suspende hasta las seis, mientras se prepara el ianlé de Oxun (Òsun) y la cena que será ofrecida, como de costumbre, en el intervalo para el cambio de ropa de la orixá (Òrìsà).
Reiniciada la fiesta con la ronda de costumbre, la Ìyá l'òrìsà danza - en la época de Madre Señora, ella danzaba con sus hijas, ya que la fiesta era de su orixá Oxun Muiwá (Òrìsà Òsun Muiwá).
Cuando ya se cantó para todos los orixás (Òrìsà) y el xiré (secuencia de cánticos) para Oxun (Òsun) se está haciendo, ella se manifiesta. Se hace el precepto, y Oxum (Òsun) va para su casa a cambiar de ropa.
Mientras tanto, la cena es servida y el intervalo dura hasta que una persona de la casa de Oxum (Òsun), venga a avisar a los tocadores de atabaque (tambor, instrumento de percusión) que ella ya está lista.
Los alabés (directores de los tocadores de atabaque) cantan los cánticos apropiados para la Oxum Muiwá (Òsun Muiwá), saludando su entrada en el salón:
Onilê kóma pê iyá dê ô
A uman erú axáuélé
Onilê kóma pê eunji d^ô
A iman erú axáuélé
Oxum (Òsun) viene adelante de una gran procesión, mientras detonan cohetes y fuegos artificiales iluminan el terreno. Llegando al salón, recibe ramos de flores, aplausos y saludos del cuerpo de los doce Obás de Xangó (Sàngó), de los Ogans, de las hijas y de todos los visitantes.
Se cantan, recién ahora, las canciones para Oxum (Òsun), y ella danza, vestida con una pollera azul bordada, camisa blanca ricamente bordada, con diversos ojás (tocados) color de rosa de buena tela, un hermoso paño da costa( pedazo de tela colocado envolviendo el torso) de vivos colores y un bonito adé (corona) también rosa con franja (cordones colgando sobre la cara hechos de canutillos y otras cuentas brillosas).
En los pies, un rico par de sandalias del mismo color, bordadas en oro.
Después de Oxum Muiwá (Òsun Muiwá), llegan otras Oxum (Òsun) y además Oxóssi (Òsóòsì), Ogúm (Ògún), Iyemanjá(Yemoja), Iyansán (Oya) y sobre todo Xangó (Sàngó).
Danzan mucho mientras Oxúm (Òsun) se queda sentada en su trono, apreciando los juegos de sus hijos.
Terminada la danza, la Otúm Iyalaxé (segunda Mãe del terreiro o Mãe pequena [madre pequeña]), va despachando a los orixás(Òrìsà) hermanos de Oxúm (Òsun), uno por uno, hasta que queda sólo la dueña de la fiesta.
Los alabés muy animados, piden permiso a Oxúm (Òsun) y comienzan a cantar el cántico de ijexá (Oya), llevando a Oxún (Òsun) a la danza, con alegría y entusiasmo.
Hasta que ella manda a parar los tambores, canta el cántico de despedida y se encamina para su casa, donde se quedará algunas horas, atendiendo a todas las personas que desean hablar con ella.
En la semana siguiente, las hijas y todas las personas que tienen puestos en la casa de Oxún (Òsun), arman todos los detalles de la fiesta, que incluye la compra de gallina, carne de buey y de cerdo, rapadura (jugo de la caña de azúcar endurecido), tamarindo y jengibre para el aluá (refresco hecho de rapadura com cascara de ananá o tamarindo), y sobre todo, pequeños canastos donde se colocará el peté (comida exclusiva de Oxún [Òsun], hecha con ñame, camarones secos, aceite y otros ingredientes), y los accesorios.
La fiesta es prácticamente igual a la del domingo anterior, con la diferencia de que en el primero se festeja sólo Oxún Muiwá (Òsun Muiwá)y en el segundo se festejan todas las Oxún (Òsun).
Peté de Oxum (Òsun)
Ya se dijo que el peté es un plato exclusivo de Oxún (Òsun).
Su fiesta marca el final de las fiestas del año y, en ese día, no hay sacrificio de ningún animal.
Hay, eso sí, mucha comida, gallina, pata de cerdo, cabeza de buey, aparte de otras delicias, que son distribuidas a todos los que comparecen al Axé (àse), además de aquellas que se hacen para las obligaciones de los orixás (Òrìsà ) y que también serán compartidas por todos los presentes, que son el adún (harina de maiz con aceite de palma y azúcar), ekó (maíz blanco rallado y cocido, una especie de mazamorra, pero más conocido con el nombre de acaçá), el ixú (ñame), el aluá (refresco) y el propio peté.
Todos trabajan con ahínco, cada uno en su trabajo: quien sabe cocinar, cocina; quien sabe hacer banderas, hace banderas; quien sabe hacer sorpresas, hace sorpresas.
El assobá (Sumo sacerdote del culto a Obaluaié), acompañado de los Ogans de la casa, organiza los arreglos del salón, colocando banderas, hojas de palmera deshilachadas con que, según la costumbre de la casa, se adorna el salón siempre que hay fiesta y también todas las puertas de todas las casas para librar a todos de la aproximación e irradiación de maleficios.
También arregla dos mesas, una grande para la vasija del peté y una más chica para las sorpresas.
Como no hay sacrificios de animales en ese día, tampoco hay padé. La fiesta comienza a las 5 de la tarde, con la procesión del peté. Salen todas las hijas de la casa de Oxún (Òsun), cada una con su canasto, unos con peté, con platos y cubiertos, otros con adún y ekó.
Otras todavía cargan cestas de flores o bandejas con diversas sorpresas. Cantan y danzan en ijexá (Oya), mientras los cohetes explotan:
Ipeté Ogun uiá
Ogun uiá deró
Ipeté Ogun uiá
Ogun uiá deró
Va la procesión hasta la Cruz del Sur, pasando delante de la casa de los muertos, haciendo una pequeña reverencia, saludando a la antigua Mãe de esa casa.
Seguidamente vuelven, pasan por la casa de Xangó, Iyá y Oxalá y rumbean para el salón.
Cuando llegan, todas las hijas ya están en transe. Son las personas más viejas las que recogen y distribuyen el peté y las sorpresas en sus debidos lugares.
Después la Oxún (Òsun) de la Mãe de la casa se sienta en el trono y las otras se sientan en sillas comunes, mitad de un lado y mitad del otro, mientras la comida es compartida.
Después comienza el xiré, con la danza de la Oxún (Òsun) más antigua. Solo cuando ella vuelve a sentarse, todas las otras comienzan a jugar. Y así la fiesta se prolonga hasta la media noche, cuando finaliza con la ronda de rutina, saludando a Odùdúwà, pidiendo paz, salud y tranquilidad de espíritu a todos los del Axé (àse), adeptos e invitados, para que el próximo año estén todos nuevamente reunidos para los homenajes a los orixás (Òrìsà) de la Sociedad Cruz Santa "Axé Opó Afonjá".
El lunes de Apaoká y Rokó.
Todos los años, después de las fiestas de Oxún (Òsun), se realiza el lunes de Rokó y Apaoká, dentro del ciclo de las fiestas de Oxalá (Obàtálá).
Rokó se simboliza con una gameleira (higuera salvaje) y Apaoká con una jaqueira (árbol grande de origen asiático muy difundido en Brasil; produce un fruto grande también), ambos son árboles sagrados.
Será ofrecida a los dos orixás (Òrìsà) cierta cantidad de nueces de cola, gallos y gallinas para el sacrificio.
Al amanecer de ese lunes, después del último domingo de las fiestas de Oxún(Òsun), se hace la limpieza y el aseo al pie de los dos árboles. Después de todo bien limpio, del osé (limpieza al orixá) hecho con el cambio de las aguas de todas las vasijas que quedan entre las raíces del apaoká y del rokó, la persona encargada de cuidar las ofrendas recibe de manos de la Ìyá l'òrìsà todos los ingredientes necesarios para ese precepto.
Se encaminan, entonces, todos hacia los árboles sagrados, atan en cada uno de ellos un gran ojá blanco y colocan alrededor todos los ingredientes del rito.
Los festejo comienzan con los sacrificios.
Se sirve a los invitados una buena feijoada, regada de aluá.
La fiesta se prolonga hasta después del almuerzo, en que se sirven las comidas de los orixás (Òrìsà).
Reina gran alegría en todo el terreno. Se baila samba y con este precepto concluyen las fiestas de Oxalá (Obàtálá) en paz, armonía y comprensión.
Presente para Oxún (Òsun) y Iyemanjá (Yemoja), Señora de las Aguas.
Todos los años, después de haber completado las obligaciones para Oxún (Òsun) -su orixá (Òrìsà)- Mãe Señora, elegía un miércoles para organizar el presente para Iyemanjá (Yemoja) y Oxún (Òsun), y entregarlo en mar adentro.
Mãe Señora mandaba a comprar dos vasijas de barro, de colores diferentes y varios presentes ( a los cuales se unían más tarde los ofrecidos durante la fiesta y los dados por los hijos de la casa), arreglándolos en esos recipientes muy bien adornados: los de Oxún(Òsun), con cintas amarillas y los de Iyemanjá (Yemoja), con cintas verdes y blancas.
En todas ellas, muchas flores. A las 6 de la mañana, con todo ya arreglado, Mãe Señora salía del Axé (àse) acompañada por las hijas que elegía, para llevar el presente.
Mãe Señora acostumbraba a ir en auto, con sus auxiliares. Las otras personas iban en colectivo hacia el muelle, a esperar la llegada de la lancha en el lanchón Cayrú, que llevaba a todos hasta mar adentro, donde entregaban el presente, con todas las formalidades exigidas.
Acto seguido volvían, desembarcando y rumbeando hacia el terreno, donde aquellos que no habían ido a la entrega de los presentes, esperaban con un gran almuerzo.
Peregrinación a la Iglesia del Bonfim
El viernes siguiente al presente de Iyemanjá (Yemoja) y Oxún(Òsun), Mãe Señora se despertaba bien tempranito, hacía sus preceptos cotidianos con grandes reverencias a Oxalá (Obàtálá), a Xangó (Sàngó) y a Oxún (Òsun), su orixá(Òrìsà), y junto con algunas de sus hijas, se dirigía a la Iglesia del Señor del Buen Fin.
Allí asistía a la misa, dando gracias por una tarea realizada en su obligación de dirigir el Axé Opó Afonjá, en calidad de cuidadora y preceptora del Axé (àse) legado por sus antepasados, entregado por Iyá Obá Biyi (Anita), su madre espiritual.
Después de la misa, volvían al terreno, donde Mãe Señora ofrecía un gran almuerzo a todas las personas del Axé y a los visitantes.
El Olorogun o Cierre del Terreno
Todos los años, el domingo siguiente al carnaval, se realiza un xiré titulado Ojó Olorogun - día del guerrero.
Ese día las hijas de la casa no se apuran para llegar al terreno. Vienen bien despacio, porque sus quehaceres son muy pocos.
La mayor parte le cabe a los hombres, que deben adornar el salón, ir al campo a cortar samambaias (planta ornamental), y con ellas tejer las coronas que van a ser usadas, en el momento de la guerra, por todos los de la casa.
Entre las seis y las siete de la noche, después de todo organizado, llegan los Obás, Ogans, hijos, hijas, y todos los que tienen su puesto en la casa, y comienza la ronda de Ògún- Juego de guerra.
Entra en el salón el batallón de Xangó(Sàngó).
Las hijas llevan la corona de samambaias en el cuello y los hijos colgados cruzados en el pecho. Una de las hijas más viejas conduce el estandarte. Sus ropas son rojas y blancas.
Seguidamente llega el batallón del viejo padre Oxalá (Obàtálá). Los ornamentos son semejantes a los del batallón de Xangó (Sàngó), pero las ropas de los que defiende el estandarte de Oxalá (Obàtálá) son todas blancas, pues, como se sabe, blanco es el color del Padre de los orixás(Òrìsà).
Los dos batallones toman posición en el salón, uno a la derecha y el otro a la izquierda. La Ìyá l'òrìsà inicia la fiesta cantando:
Olorôgun Olorôgun
Olorôgun já já
Elê masá sá ô
Olorôgun ejé ma pá iua
Olorôgun
Pá
Elê ma sá ô
Olorôgun eje ma pá iuá
Los atabaques comienzan a tocar y las personas que representan a los guerreros inician el cántico. En el ritmo del toque de los atabaques comienza la batalla, unos para acá ,otros para allá.
En el auge del juego, llega el orixá (Òrìsà) de una de las personas que sostienen los estandartes. El lado en que el orixá (Òrìsà ) llega primero es el victorioso.
Después de la victoria son cantados algunos cánticos para Oxalá (Obàtálá) y Xangó (Sàngó ) y para otros orixás (Òrìsà) que se manifestaron durante el juego.
Después la Ìyá l'òrìsà , los orixás (Òrìsà), los Obás, los Ogans, los hijos, las hijas, en fin, todos los de la casa hacen la ronda y con ellas finalizan todas las obligaciones de ese año.
La Mãe del terreiro ruega a todos los orixás (Òrìsà) y a Olórun especialmente, para que todos gocen de buena salud, paz y tranquilidad de espíritu, entonando este cántico:
Fará imó rá olouô, fará imó rá
É alá Ketu ê, fará imó rá
Fará imó rá olouô, fará imó rá
É alá Ketu ê, fará imó rá
Se completa así el calendario de las fiestas públicas del Axé Opô Afonjá.
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