EL AGRADECIMIENTO DESDE LA MIRA DE IFÁ


El agradecimiento es la memoria del corazón.
La base de nuestra religión es dar, recibir y agradecer. No hay nada que no se vincule con este estrecho margen. Si un campesino quiere que la tierra le dé algo, entonces primero tendrá que darle a la tierra, tendrá que sembrarla. Hará un sacrificio para prepararla (ararla) y después le dará en sacrificio los granos, semillas o lo que desee cultivar. Eso que él sacrifica, es aquello que deja de emplear para el uso alimenticio con la finalidad de darle a la tierra un poco de lo que ella le dio por su anterior siembra. Si el campesino siembra maíz, él dejara una parte de su cosecha para sembrar la tierra nuevamente. Así es como la tierra le vuelve a dar frutos de aquello de lo que él se desprende.
Visto de otra manera, la tierra, como todo, no nos da lo que nunca sembramos. Si no sembramos frijoles, sería muy infantil esperar que la tierra nos dé frijoles. De la misma manera sucede en la vida, si no metes dinero en una cuenta bancaria es imposible que vayas al banco y pidas que te den un dinero que nunca has depositado. Éste es el principio básico de todo en la vida, das, en consecuencia recibes. No das, no recibes nada a cambio.
Así como la tierra nos da y nosotros tenemos que volver a entregarle de las ganancias que nos dio con anterioridad para que ella nos vuelva a dar, de la misma manera debe de suceder con todo en la vida. Si alguien nos hace un favor, nosotros debemos de ser agradecidos. No obstante, ifá dice que si uno hace un favor y espera recompensa a cambio, en realidad no hizo un favor, sino un negocio. Pero también dice ifá que se hace un favor y la persona que lo recibió nos da la espalda sin siquiera dar las gracias, entonces es como si un ladrón nos acabara de robar, porque el agradecimiento es la memoria del corazón.
Si analizamos, cuando recibimos de la tierra y no le damos nuevamente de los frutos que ella nos brinda, maíz, por ejemplo, ella no nos puede volver a dar nada, maíz, en este caso. De forma similar sucede en la vida, cuando recibimos un favor, un beneficio o cualquier apoyo o ayuda y no somos capaces de valorarlo, de agradecerlo o de tratar de ser recíprocos, es casi seguro que tardaremos en recibir beneficios similares. Nada puede esperar quien no ha sabido agradecer lo que recibe.
En nuestra religión yoruba, cada uno de estos conceptos, dar, recibir y agradecer, debe de ser tomado en cuenta, pues ellos nos ayudarán a ser mejores y a evitar tener altibajos en nuestras vidas. Si respetamos todos los criterios emanados de ifá y no nos dejamos vencer por el amor por las cosas materiales, es casi seguro que tendremos menos problemas, pues los obstáculos los ponemos nosotros mismos con nuestra propia conducta.
El ser humano es mal agradecido por naturaleza, si tuviéramos la misma memoria para agradecer que la que usualmente tenemos para vengarnos o simplemente para guardar rencor a quien nos hace, aunque sea un pequeño daño, el mundo sería distinto. Somos capaces de recordar por años el mal que alguien nos hace, por muy pequeño e insignificante que éste sea, sin embargo, podemos recibir mil favores de alguien y muchas veces no nos acordamos, siquiera, de ofrecerle un gesto de agradecimiento.
Ifá dice que cuando somos incapaces de agradecer, Òrúnmìlà nos dejará en completa oscuridad porque Òrúnmìlà no apoya la ingratitud y que quienes actúen con desagradecimiento, pueden ver oscurecer sus vidas en pleno día. Este tipo de errores, que muchas veces no consideramos importantes o simplemente nos parecen insignificantes, suelen ser los que pueden hacer la diferencia entre tener prosperidad o perder todo sin saber cuáles fueron los motivos.
El siguiente Ese ifá es sólo una de las tantas muestras donde ifá nos enseña la importancia de agradecer a quienes son la fuente de nuestra prosperidad, de la misma forma, ifá nos hace ver cómo por no mostrar agradecimiento por los favores recibidos, la vida, puede convertirse en un calvario difícil de aguantar.
El Ese ifá habla de Akinniyo, hijo de Òrúnmìlà, quien aprendió el arte de ifá con sus dos sacerdotes, quienes le enseñaron el arte de la adivinación. Como Akinniyo no tenía para pagar sus estudios, prometió que en cuanto comenzara a tener ganancias, él les daría aportaciones a sus mayores en agradecimiento por las enseñanzas recibidas.
Después de que Akinniyo recibió el aprendizaje de ifá se fue a otra tierra y comenzó a trabajar el arte de ifá, se convirtió en un gran babalawo y llegó a tener buenas ganancias, pero se olvidó de agradecer a sus mayores. Con el tiempo comenzó a padecer y poco a poco su vida fue en decadencia, hasta verse completamente en la miseria. Cuando no tuvo más alternativa, él fue con otros babalawos, quienes le recordaron que tenía un compromiso que debía de cumplir, no obstante, él se negó a cumplirlo. No fue sino tiempo después, cuando ya no tuvo otra alternativa, que se vio obligado a cumplir con los compromisos de agradecimiento que había contraído.
El mismo Ese ifá nos hace ver cómo pudo ser el hombre tan vil que no fue capaz de agradecer nada de forma voluntaria y cómo esperó a estar en la miseria total para agradecer por los beneficios recibidos. Este Ese ifá es una de las tantas formas que ifá tiene de enseñar a sus seguidores la importancia de expresar agradecimiento a quienes contribuyen con el bienestar de la vida, máximo si de alguna forma tienen participación en nuestra vida misma o en nuestra prosperidad.

Así dice ifá:
Obàrà meji
Akinniyo el hijo avaro de Òrúnmìlà
Introducción

Ifá dice que la persona debe de cumplir sus tratos y promesas, nunca debe de asegurar lo que no podrá cumplir, pues por no cumplir sus promesas sus cosas se pueden venir abajo.
Traducción:
Ellos hicieron Iyan ligera anoche
Ellos no invitaron a aniganiyure a comer
Ellos hicieron amala ligera anoche
Ellos no invitaron a aniganiyere a comer
Realizadon adivinación
Para Akinniyo
Hijo propio de Agbonmiregun
Òrúnmìlà dice es oscuridad
Yo digo es oscuridad
Oscuridad, edu tapa su vista
Con mucha oscuridad
(Se repite tres tres veces)
Coro:
Él cubrió su vista con oscuridad
Edu tapó su vista con mucha oscuridad
Las cosas de la oscuridad
Edu tapó su vista
Babalawo:
Ifá dice, nublado, Òrúnmìlà
Yo también digo nublado
Ellos volvieron a hacer Iyan ligera anoche
Ellos invitaron a comer a aniganiyure
Ellos hicieron amala ligera anoche
Ellos invitaron a comer a aniganiyure
Òrúnmìlà descubrió
Yo digo descubrí (quito el velo)
Òrúnmìlà le quitó la oscuridad
Coro:
Abre los ojos para ver completamente
Edu abrió sus ojos completamente
Con oriya (con magia)
Edu abrió sus ojos completamente con magia.

Explicación:
Aqui esta Akinniyo quien es hijo propio de Agbonmiregun. Él fue a aprender ifá con Agunyan lebelebe ale ana (el que hace iyan ligera anoche) y con Aroka lebelebe ale ana (quien hace amala ligera anoche).
Ellos le dijeron a Akinniyo que cuando él recibiera eku , eja, eiye y eran, él debía de mandarle la parte que a ellos les correspondia. Él dijo, “está bien, ya escuché“, pero a medida que él iba recibiendo eku (rata), eja (pescado), eiye (aves) y eran (animales) ya no se acordaba de sus maestros, recibía comidas y bebidas y tampoco se acordaba de ellos. Entonces él comenzó a tener problemas, ya nada le funcionaba, fue entonces que decidió ir por adivinación.
Cuando realizaron adivinación para él, el odu que le salió fue obàrà meji y le dijeron:
- Usted, Akinniyo, está comiendo algo que está prohibido. Si tu prometiste algo tienes que respetar el acuerdo.
Akinniyo reconoció lo que decían los babalawos. Él les dijo que él había aprendido con Roka lebelebe ale ana y con Gunyan lebelebe ale ana. Él reconoció que hubo un acuerdo, que cuando él recibiera rata, pescado, aves, animales cuadrúpedos, él debía de enviarles su parte. Le dijeron que tenía que realizar ébó.
Al principio no les hizo caso a los babalawos, se enojó y se retiró.
Desde ese día su vida se convirtió en una completa oscuridad.
Akinniyo regresó nuevamente con sus babalawos al ver que cada dia su vida era más oscura, ellos le dijeron que él tenía que realizar el ébó que ellos le habían indicado. Con todos los animales y materiales, él tenía que preparar un festejo para sus babalawos, los babalawos le aseguraron que realizando este ébó él iba a recuperar lo perdido. Akinniyo escuchó y realizó el ébó y, después de esto, todo aquello que estaba en completa oscuridad comenzó a iluminarse y él comenzó a festejar dándole gracias a los babalawos, los babalawos a ifá e ifá a Olódúmáré. Así, el asunto de Akinniyo fue resuelto y él volvió a ser feliz.

Ifá dice:
- Tenemos que realizar ébó para que podamos lograr prosperidad.
Si esta persona aprendió algo con otra persona, esa persona debe de cumplir con la que le enseñó, si promete dar algo a cambio de aprender, debe cumplir. Y si cuando la persona alcanza la prosperidad no quiere cumplir, ifá dice:
- Va a comenzar a tener problemas.
Por otro lado, también la persona tiene que obedecer las prohibiciones.
FIN

COLECCIONES DE IFÁ OSHENIWO
Ifá, con este Ese ifá, no sólo nos conmina a ser agradecidos, sino que nos enseña a no ser desobligados y a cumplir con nuestros compromisos. Quienes han recibido un préstamo o una ayuda de otros y no la pagan, convierten su vida en una total oscuridad. Òrúnmìlà dice que el deja en completa oscuridad a quienes dan esas muestras de mal agradecimiento.
Ifá con este Ese ifá, tambien explica que los babalawos u olorisas que trabajan en solitario, sin llamar a otros hermanos para que los ayuden y de esa forma compartir con ellos las ganacias recibidas, también, poco a poco, quedarán en completa oscuridad.
Cuando una persona es consagrada en oosa o en ifá, esa persona le debe respeto a sus mayores, así como se los debe a su propia madre y a su propio padre. Esto no quiere decir que el ahijado se va a convertir en un esclavo de sus mayores, pero si el orisa o la consagración de ifá que recibimos de ellos nos dio prosperidad, es justo que esa prosperidad también le escurra a quienes son parte de ella. En Nigeria, cuando una persona prospera y quiere volver a realizarse ébó, le dicen lo que dice ifá, ifá dice que no se puede repetir ébó, que lo correcto es darles las gracias a sus babalawos, para que sus babalawos de la misma forma le den gracias a ifá y así ifá le dé gracias a Olódúmáré.
En Nigeria, cuando una persona es consagrada en ifá, se le dice que si él prospera, él debe de apoyar no sólo a su babalawo (padrino) y a su ojugbona (segundo padrino), sino que debe de ayudar a todos los que participaron en su consagracion. Ifá dice que cuando uno no actúa con agradecimiento con quienes son parte de su prosperidad, esa prosperidad se convierte en completa oscuridad.
Ésta es sólo una nota que explica cómo deben de ser las cosas desde el punto de vista de la religión yoruba, pero por ninguna razón debe de ser tomada como ley para imponer cuotas a los ahijados. Ifá no habla de leyes que obliguen a nadie a tener que dar. Recalco y subrayo, esto es parte de la filosofía yoruba y debe de verse como tal, quienes quieran actuar conforme a esta doctrina yoruba, debe de ser por su propia voluntad y nunca por reglas impuestas en ningun ile religioso.
De tal forma que no queremos que este documento sea empleado por malos religiosos para imponerles una cuota, una “multa“ a sus ahijados (sabemos que a muchos no les importa el caracter filosófico de estos documentos). No obstante, sí les queremos decir que si saben cómo aplicarlo para “multar“ a quienes forman parte de su descendencia religiosa, antes de pediler a la descendecia que actúe conforme a este Ese ifá, primero pregúntense si ustedes han actuado con sus mayores como le están pidiendo a sus ahijados actuar con ustedes.
Ifá no esta conforme con la ambicion. Ifá no apoya el mal agradecimiento. Ifá nos da cuando somos capaces de compartir y de cumplir con nuestras obligaciones.

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