El Empleo de Animales para Sacrificio y por qué no se le Sacrifica a Olódúmáré, Nuestro Dios
AGUILA DE IFA©
Desde que la vida se comenzó a ver desde el punto de vista cristiano, todas las religiones que emplean sacrificio de animales para sus holocaustos, son consideradas salvajes, violentas y diabólicas. Aun cuando no todos sean católicos, las ideas de esta religión fueron inculcadas a la humanidad de tal forma, que aun sin quererlo, las costumbres que rigen a la mayoría de las naciones, son las que podemos encontrar en el nuevo testamento de la Biblia.
Las religiones más antiguas del mundo tienen mucho en común. Todas, por lo
general, mandan a cubrirse la cabeza (Orí), como base de respeto a la cabeza,
misma que representa la presencia de Olódúmáré en nuestro cuerpo. Pero no sólo eso, la gran mayoría de esas religiones antiguas le hacen sacrificios a su dios o dioses. Incluso podemos ver en muchos casos, similitudes en los sacrificios de una a otra religión, como es el caso de los judíos, quienes le hacen un sacrificio a la puerta, muy similar a los que nosotros empleamos en nuestra religión. ¿Por qué? Porque Dios es uno solo, aun cuando se haya dejado conocer en las diferentes tierras de diferentes formas y porque el mensaje principal siempre es muy similar, aunque como es natural, también existan muchas diferencias entre la filosofía de una religión y otra.
Pero tenemos que tomar en cuenta que, aunque la sabiduría la dejó Dios en las
diferentes facetas en las que se le conoce, la interpretación de esa sabiduría la
crearon los hombres y es en donde, seguramente, nacieron las diferencias. No
obstante, por lo general, todas las religiones tienen una misma estructura.
Se dice entre los cristianos, que Cristo es hijo del mismísimo Dios (nosotros no
vamos a entrar a discutir esto), y es sabido que ese dios era un dios que pedía
sacrificios muy frecuentemente. Esto no debe ser motivo de asombro para nadie,
se podrían citar muchos de los momentos en que Dios (el supuesto padre de
Cristo), pide sacrificios para ayudar a sus seguidores para lograr algún propósito o con la finalidad de obtener algún perdón. También podemos ver una especie de cambio de cabeza (como le llamamos nosotros)58 cuando Dios le dice a Abraham que le sacrifique a su propio hijo. En esa anécdota podemos ver cómo Abraham, movido por su fe y amor a Dios, iba a realizarle el sacrificio de su propio hijo, momento en el que Dios le dijo que tomara a un borrego y en vez de sacrificarle a su hijo, sacrificara aquel borrego.
Así, son muchos los pasajes donde podemos ver a aquel Dios pidiendo sacrificios de animales, ¿Por qué? Porque todos los dioses primarios (no los que se conocieron primero como humanos y que luego pasaron a ser dioses), saben la importancia de sacrificar para lograr objetivos en la vida. De hecho, aun cuando hoy en día la humanidad no tome en cuenta los sacrificios, podemos ver que para lograr obtener alimentos en el futuro, tenemos que sacrificar parte del que recibimos en el presente. Así, si se siembra maíz se espera cosechar maíz y quien consume todos los alimentos que produce su siembra, no puede esperar que la tierra, en el futuro, le dé lo que él no le dio a ella como sacrificio. Pero, ¡claro!, la humanidad sólo ve el fruto de los sacrificios cuando estos son devueltos de forma material. Nadie cree, en lo que sus ojos no ven y su vientre no recibe, nadie piensa que con el sacrificio de un animal, muchas veces estamos cambiando el destino de los humanos y, en muchas ocasiones, se les está salvando de la muerte.
Regresando al cristianismo, nadie habla de aquel Dios, padre de Jesús, como un “satánico”, por los sacrificios que él pedía, nadie toma aquellos actos como
salvajes, aun cuando es el padre de quien llevó la idea a la humanidad de negar los sacrificios, incluso cuando esos sacrificios eran pedidos por aquel de quien él se dice hijo. Desde nuestra óptica, no es posible que nadie, absolutamente nadie, pueda cambiar los legados dejados por quien para nosotros es digno de respeto por su gran obra maestra, la creación.
Nuestras escrituras explican cómo Olódúmáré creó las plantas, creó los animales y creó los hombres. En ellas aparecen las razones por las que el mismo Olódúmáré, manda a llamar a los diferentes animales y también a los hombres para explicarles cómo se debe llevar la vida en la tierra. De esta forma Olódúmáré culminaría por informar a su creación, las normas con las que se debía regir en la tierra. Sin embargo, sólo los hombres acudieron al llamado de Olódúmáré y ésta es la razón por la que nosotros, los humanos, empleamos a los animales para servirnos ya sea de alimento, como ayuda o para ofrecer sacrificios a otros. Así lo dice ifá:
OYEKU MEJI
La humanidad realiza sacrificio y por ello pueden emplear a los animales para
sacrificios.
Explicación
Ifá dice que él le va a proveer iré ajé y también iré aseyori (alcanzar sus
metas) a la persona a la que le salga este odu. Ifá dice que la persona tiene
que realizar ébó. La persona tiene que venerar a su Orí y tiene que venerar
a Ifá. Ifá dice que cualquier cosa que esta persona haga, va a tener éxito y
sus metas serán cumplidas, así dice Ifá en este odu.
Traducción del Ese Ifá
Él dice, oye oloye.
Es el Babalawo de la rata.
Realizó adivinación para la rata.
Oye oloye
es el Babalawo del pez.
Realizó adivinación para el pez.
Oye oloye
es el Babalawo del ave.
Realizó adivinación para el ave.
Oye Oloye
es el Babalawo del animal.
Realizó adivinación para el animal.
Oye oloye
Es el Babalawo de la humanidad.
Realizó adivinación para la humanidad
El día que ellos fueron los únicos que encontraron el camino hasta la casa
de Olódúmáré
les dijeron que tenían que realizar ébó.
Solamente la humanidad
realizó el ébó.
Olódúmáré les dijo
que cuando ellos llegaran a la tierra
y bajara su oke ipori.
Si el oke ipori pedía rata
ellos le tenían que dar rata.
Y si pedía pescado
ellos tenían que darle pescado.
Y si pedía aves
ellos le tenían que dar aves.
Y si pedía animales
ellos tenían que darle animales.
Sacrificamos rata,
el sacrificio fue aceptado.
Oye
la muerte se alejó.
Oye
sacrificamos pescados
y el sacrificio fue aceptado.
Oye
Iku se alejó.
Oye
sacrificamos animales
y el sacrificio fue aceptado.
Oye
la muerte se alejó.
Oye
Oye Oloye
vio al animal
y todos los ajogun se retiraron.
Explicación
Aquí está Olódúmáré, quien mandó llamar a todos los animales y también a los humanos que él había creado. Olódúmáré dijo que él les iba a enseñar cómo ellos debían de vivir en la tierra, para que no cometieran errores. Él llamó a los omo eku (ratas), pero las ratas no atendieron el llamado de Olódúmáré.
Él mandó llamar a los omo ejá (peces), pero los peces tampoco atendieron el llamado de Olódúmáré.
Él mandó llamar a los omo eiye (aves), pero ellos tampoco atendieron el
llamado de Olódúmáré.
Olódúmáré entonces mandó llamar a los omo eran (animales de cuatro patas), pero ellos tampoco atendieron el llamado de Olódúmáré. Fue entonces que Olódúmáré mandó llamar a omo eniyan (la humanidad), solamente ella atendió el llamado de Olódúmáré. La humanidad le preguntó a Olódúmáré si había algún problema, Olódúmáré le contestó que no había ningún problema:
“Yo te llamo para que sepas cómo debes de vivir la vida en la tierra”. Así, Olódúmáré le dijo:
“Cuando llegues a la tierra, puedes hacer lo que quieras con los omo eku (las ratas), quienes no atendieron mi llamado. También puedes hacer lo que
quieras con los omo eja (peces), quienes tampoco atendieron mi llamado.
También con los omo eiye (aves) puedes hacer lo que quieras y cuando salgan en adivinación puedes emplearlos para lo que Ifá te indique. Cuando Ifá pida rata, agárralas y mátalas, yo te doy autorización para hacerlo. Si Ifá pide peces, agárralos y mátalos, yo te doy permiso para hacerlo. Si Ifá te pide aves, agárralas y mátalas, yo también te doy permiso para eso. Y si Ifá te dice que sacrifiques erán (animales de cuatro patas), yo también te doy permiso para que los mates, porque ellos desobedecieron mi llamado cuando yo los convoqué para enseñarles, cómo debían vivir en la tierra y de esa forma evitar terminar mal. Fui yo quien los creó a todos y, como no me obedecieron, yo no puedo erradicarlos, pero ustedes los humanos sí pueden hacer con ellos lo que ustedes quieran, pues ustedes escucharon mi llamado, ustedes hagan justicia sobre ellos”.
Así fue como la humanidad logró poder sobre todos los animales.
Por otra parte, Olódúmáré decretó que los humanos podemos emplear a los
diferentes animales para sacrificio, pero no que se podían emplear para
sacrificarle a él, pues Olódúmáré es el creador de todas las especies y quien crea
no mata. Ningún dios puede crear algo, para luego alimentarse de ello, así como
ninguna madre pediría que se le sacrifiquen sus hijos. Olódúmáré es el creador, el
que todo lo puede, el único que da sin haber recibido, pues para que él crear a la
humanidad, no tuvo que sacrificar ninguna especie, porque todas las especies son
parte de él, todas son su creación. Repito, si Olódúmáré permitiera sacrificios para
él mismo, estaría auto atentando contra su propia creación.
Por otra parte, cuando nosotros empleamos cualquier animal para sacrificio, lo
estamos usando por las faltas que la especie de ese animal, cometió contra el
mismo Olódúmáré durante la creación, pero por ejemplo, si durante un ébó de
tablero vamos a sacrificar un animal de plumas, algunas de sus plumas serán
depositadas en el recipiente que se emplea como contenedor. Esto tiene el
propósito de que cuando el ébó llegue al cielo, Olódúmáré rehaga otros muchos
animales de esa misma especie. Así como sembramos maíz para que muchos
otros maicitos nazcan, cuando sacrificamos animales les arrancamos plumas o pelos y estos son los que se van en el ébó. De esta forma le avisamos a Olódúmáré sobre el sacrificio que fue realizado y Olódúmáré rehace inmediatamente infinidad de criaturas de la misma raza en todo el mundo. Es
decir, cuando un animal muere, muchísimos otros nacen. Esto hace que, por lo
general, todas las razas empleadas para sacrificios, sean especies muy prolíferas.
Olódúmáré dice que se podrá extinguir una vida para sacrificio, pero que ninguna de las especies empleadas para sacrificios, será extinguida completamente.
Hoy en día, muchos, sin conocer los secretos que mantienen algunas religiones no tan populares, critican esta sabiduría sin antes siquiera sacrificar un poco de su tiempo en indagar sobre el por qué de su razón. Por ello, en nuestros tiempos, cuando se supone que más igualdad hay, incluso entre animales y humanos,donde incluso se castiga severamente a humanos por sacrificar animales, podemos ver cómo mueren miles y miles de hombres en guerras o como producto de las mismas. Porque la tierra nos da, pero también nos espera y muchas veces con sacrificios de animales podemos salvar una o muchas vidas, empleando el cuerpo del animal, a cambio de la vida de uno o más humanos. Porque si la tierra no recibe un cuerpo por el cual está esperando, ella lo tomará de todas maneras.
Digo esto para que sea tomado como reflexión. Aquellos que nos acusan de
satánicos por el sacrificio de animales, pueden meditar si por su afán de proteger animales, no han sido causantes de la pérdida de algunas vidas humanas.
Nota del Editor: Leonel estaba molesto específicamente con los católicos y
cristianos, quienes en programas, periódicos y cualquier otro medio de comunicación, se dedicaban a llamar satánica a nuestra religión, por el hecho de sacrificar animales.
Son raras las veces en que una religión no hace sacrificios. De hecho, en el
cristianismo, el supuesto hijo de Dios, es tratado como un cordero, el cual fue
sacrificado por su propio padre y ese sacrificio humano, es rememorado en cada misa. No vamos a criticar, tal como lo dijo Leonel, pero nos parece que los cristianos, son los menos indicados para criticarnos. Lo cierto es que Leonel, estaba muy molesto, por las críticas de estos.
En aquella ocasión, estaba hablando de ello en su página de Facebook y allí
estábamos intercambiando opiniones, cuando de repente me dijo públicamente: “Águila, estos católicos fanáticos me tienen muy cansado. He escrito algunas
cosas sobre el cristianismo, pero necesito que le des forma, aquí te envío el
escrito”. El escrito me lo mandó por mensaje privado. Le dije que lo leería y le
daría mis comentarios.
El escrito era largo y cuando terminé de leerlo, volví a comentar en el mismo hilo de mensajes. Le escribí: “Leonel, creo que haremos algo mejor que darle forma a tu escrito. La verdad está muy bueno, solo debemos orientarlo”. Me escribió de vuelta: “¿Qué estás pensando Águila?” Le escribí: “Lo que hemos hecho siempre, cuando recibimos tan duras críticas de parte de gente que no conoce nuestra religión” “¿De qué se trata Águila?” - me preguntó. Pues, Defender Nuestras Tradiciones. Haremos el libro III, yo me encargo del resto”. Y así fue que nació la respuesta que le dábamos, no solo al cristianismo, sino también al Islam, con el Libro: Defendiendo Nuestras Tradiciones III.
Solo queda por decir a nuestros aleyos y religiosos, que no se puede ser satánico, porque simplemente, Satán no existe. Satán fue creado para beneficio y lucro de sus creadores y eso está claramente registrado en la historia. No vemos razón alguna del porque la palabra de Yaveh, deba valer más que la palabra de Olodumare.
Del Libro Leonel Gámez Osheniwo: Enseñanzas de un Amigo, un Hermano, un Maestro.
Desde que la vida se comenzó a ver desde el punto de vista cristiano, todas las religiones que emplean sacrificio de animales para sus holocaustos, son consideradas salvajes, violentas y diabólicas. Aun cuando no todos sean católicos, las ideas de esta religión fueron inculcadas a la humanidad de tal forma, que aun sin quererlo, las costumbres que rigen a la mayoría de las naciones, son las que podemos encontrar en el nuevo testamento de la Biblia.
Las religiones más antiguas del mundo tienen mucho en común. Todas, por lo
general, mandan a cubrirse la cabeza (Orí), como base de respeto a la cabeza,
misma que representa la presencia de Olódúmáré en nuestro cuerpo. Pero no sólo eso, la gran mayoría de esas religiones antiguas le hacen sacrificios a su dios o dioses. Incluso podemos ver en muchos casos, similitudes en los sacrificios de una a otra religión, como es el caso de los judíos, quienes le hacen un sacrificio a la puerta, muy similar a los que nosotros empleamos en nuestra religión. ¿Por qué? Porque Dios es uno solo, aun cuando se haya dejado conocer en las diferentes tierras de diferentes formas y porque el mensaje principal siempre es muy similar, aunque como es natural, también existan muchas diferencias entre la filosofía de una religión y otra.
Pero tenemos que tomar en cuenta que, aunque la sabiduría la dejó Dios en las
diferentes facetas en las que se le conoce, la interpretación de esa sabiduría la
crearon los hombres y es en donde, seguramente, nacieron las diferencias. No
obstante, por lo general, todas las religiones tienen una misma estructura.
Se dice entre los cristianos, que Cristo es hijo del mismísimo Dios (nosotros no
vamos a entrar a discutir esto), y es sabido que ese dios era un dios que pedía
sacrificios muy frecuentemente. Esto no debe ser motivo de asombro para nadie,
se podrían citar muchos de los momentos en que Dios (el supuesto padre de
Cristo), pide sacrificios para ayudar a sus seguidores para lograr algún propósito o con la finalidad de obtener algún perdón. También podemos ver una especie de cambio de cabeza (como le llamamos nosotros)58 cuando Dios le dice a Abraham que le sacrifique a su propio hijo. En esa anécdota podemos ver cómo Abraham, movido por su fe y amor a Dios, iba a realizarle el sacrificio de su propio hijo, momento en el que Dios le dijo que tomara a un borrego y en vez de sacrificarle a su hijo, sacrificara aquel borrego.
Así, son muchos los pasajes donde podemos ver a aquel Dios pidiendo sacrificios de animales, ¿Por qué? Porque todos los dioses primarios (no los que se conocieron primero como humanos y que luego pasaron a ser dioses), saben la importancia de sacrificar para lograr objetivos en la vida. De hecho, aun cuando hoy en día la humanidad no tome en cuenta los sacrificios, podemos ver que para lograr obtener alimentos en el futuro, tenemos que sacrificar parte del que recibimos en el presente. Así, si se siembra maíz se espera cosechar maíz y quien consume todos los alimentos que produce su siembra, no puede esperar que la tierra, en el futuro, le dé lo que él no le dio a ella como sacrificio. Pero, ¡claro!, la humanidad sólo ve el fruto de los sacrificios cuando estos son devueltos de forma material. Nadie cree, en lo que sus ojos no ven y su vientre no recibe, nadie piensa que con el sacrificio de un animal, muchas veces estamos cambiando el destino de los humanos y, en muchas ocasiones, se les está salvando de la muerte.
Regresando al cristianismo, nadie habla de aquel Dios, padre de Jesús, como un “satánico”, por los sacrificios que él pedía, nadie toma aquellos actos como
salvajes, aun cuando es el padre de quien llevó la idea a la humanidad de negar los sacrificios, incluso cuando esos sacrificios eran pedidos por aquel de quien él se dice hijo. Desde nuestra óptica, no es posible que nadie, absolutamente nadie, pueda cambiar los legados dejados por quien para nosotros es digno de respeto por su gran obra maestra, la creación.
Nuestras escrituras explican cómo Olódúmáré creó las plantas, creó los animales y creó los hombres. En ellas aparecen las razones por las que el mismo Olódúmáré, manda a llamar a los diferentes animales y también a los hombres para explicarles cómo se debe llevar la vida en la tierra. De esta forma Olódúmáré culminaría por informar a su creación, las normas con las que se debía regir en la tierra. Sin embargo, sólo los hombres acudieron al llamado de Olódúmáré y ésta es la razón por la que nosotros, los humanos, empleamos a los animales para servirnos ya sea de alimento, como ayuda o para ofrecer sacrificios a otros. Así lo dice ifá:
OYEKU MEJI
La humanidad realiza sacrificio y por ello pueden emplear a los animales para
sacrificios.
Explicación
Ifá dice que él le va a proveer iré ajé y también iré aseyori (alcanzar sus
metas) a la persona a la que le salga este odu. Ifá dice que la persona tiene
que realizar ébó. La persona tiene que venerar a su Orí y tiene que venerar
a Ifá. Ifá dice que cualquier cosa que esta persona haga, va a tener éxito y
sus metas serán cumplidas, así dice Ifá en este odu.
Traducción del Ese Ifá
Él dice, oye oloye.
Es el Babalawo de la rata.
Realizó adivinación para la rata.
Oye oloye
es el Babalawo del pez.
Realizó adivinación para el pez.
Oye oloye
es el Babalawo del ave.
Realizó adivinación para el ave.
Oye Oloye
es el Babalawo del animal.
Realizó adivinación para el animal.
Oye oloye
Es el Babalawo de la humanidad.
Realizó adivinación para la humanidad
El día que ellos fueron los únicos que encontraron el camino hasta la casa
de Olódúmáré
les dijeron que tenían que realizar ébó.
Solamente la humanidad
realizó el ébó.
Olódúmáré les dijo
que cuando ellos llegaran a la tierra
y bajara su oke ipori.
Si el oke ipori pedía rata
ellos le tenían que dar rata.
Y si pedía pescado
ellos tenían que darle pescado.
Y si pedía aves
ellos le tenían que dar aves.
Y si pedía animales
ellos tenían que darle animales.
Sacrificamos rata,
el sacrificio fue aceptado.
Oye
la muerte se alejó.
Oye
sacrificamos pescados
y el sacrificio fue aceptado.
Oye
Iku se alejó.
Oye
sacrificamos animales
y el sacrificio fue aceptado.
Oye
la muerte se alejó.
Oye
Oye Oloye
vio al animal
y todos los ajogun se retiraron.
Explicación
Aquí está Olódúmáré, quien mandó llamar a todos los animales y también a los humanos que él había creado. Olódúmáré dijo que él les iba a enseñar cómo ellos debían de vivir en la tierra, para que no cometieran errores. Él llamó a los omo eku (ratas), pero las ratas no atendieron el llamado de Olódúmáré.
Él mandó llamar a los omo ejá (peces), pero los peces tampoco atendieron el llamado de Olódúmáré.
Él mandó llamar a los omo eiye (aves), pero ellos tampoco atendieron el
llamado de Olódúmáré.
Olódúmáré entonces mandó llamar a los omo eran (animales de cuatro patas), pero ellos tampoco atendieron el llamado de Olódúmáré. Fue entonces que Olódúmáré mandó llamar a omo eniyan (la humanidad), solamente ella atendió el llamado de Olódúmáré. La humanidad le preguntó a Olódúmáré si había algún problema, Olódúmáré le contestó que no había ningún problema:
“Yo te llamo para que sepas cómo debes de vivir la vida en la tierra”. Así, Olódúmáré le dijo:
“Cuando llegues a la tierra, puedes hacer lo que quieras con los omo eku (las ratas), quienes no atendieron mi llamado. También puedes hacer lo que
quieras con los omo eja (peces), quienes tampoco atendieron mi llamado.
También con los omo eiye (aves) puedes hacer lo que quieras y cuando salgan en adivinación puedes emplearlos para lo que Ifá te indique. Cuando Ifá pida rata, agárralas y mátalas, yo te doy autorización para hacerlo. Si Ifá pide peces, agárralos y mátalos, yo te doy permiso para hacerlo. Si Ifá te pide aves, agárralas y mátalas, yo también te doy permiso para eso. Y si Ifá te dice que sacrifiques erán (animales de cuatro patas), yo también te doy permiso para que los mates, porque ellos desobedecieron mi llamado cuando yo los convoqué para enseñarles, cómo debían vivir en la tierra y de esa forma evitar terminar mal. Fui yo quien los creó a todos y, como no me obedecieron, yo no puedo erradicarlos, pero ustedes los humanos sí pueden hacer con ellos lo que ustedes quieran, pues ustedes escucharon mi llamado, ustedes hagan justicia sobre ellos”.
Así fue como la humanidad logró poder sobre todos los animales.
Por otra parte, Olódúmáré decretó que los humanos podemos emplear a los
diferentes animales para sacrificio, pero no que se podían emplear para
sacrificarle a él, pues Olódúmáré es el creador de todas las especies y quien crea
no mata. Ningún dios puede crear algo, para luego alimentarse de ello, así como
ninguna madre pediría que se le sacrifiquen sus hijos. Olódúmáré es el creador, el
que todo lo puede, el único que da sin haber recibido, pues para que él crear a la
humanidad, no tuvo que sacrificar ninguna especie, porque todas las especies son
parte de él, todas son su creación. Repito, si Olódúmáré permitiera sacrificios para
él mismo, estaría auto atentando contra su propia creación.
Por otra parte, cuando nosotros empleamos cualquier animal para sacrificio, lo
estamos usando por las faltas que la especie de ese animal, cometió contra el
mismo Olódúmáré durante la creación, pero por ejemplo, si durante un ébó de
tablero vamos a sacrificar un animal de plumas, algunas de sus plumas serán
depositadas en el recipiente que se emplea como contenedor. Esto tiene el
propósito de que cuando el ébó llegue al cielo, Olódúmáré rehaga otros muchos
animales de esa misma especie. Así como sembramos maíz para que muchos
otros maicitos nazcan, cuando sacrificamos animales les arrancamos plumas o pelos y estos son los que se van en el ébó. De esta forma le avisamos a Olódúmáré sobre el sacrificio que fue realizado y Olódúmáré rehace inmediatamente infinidad de criaturas de la misma raza en todo el mundo. Es
decir, cuando un animal muere, muchísimos otros nacen. Esto hace que, por lo
general, todas las razas empleadas para sacrificios, sean especies muy prolíferas.
Olódúmáré dice que se podrá extinguir una vida para sacrificio, pero que ninguna de las especies empleadas para sacrificios, será extinguida completamente.
Hoy en día, muchos, sin conocer los secretos que mantienen algunas religiones no tan populares, critican esta sabiduría sin antes siquiera sacrificar un poco de su tiempo en indagar sobre el por qué de su razón. Por ello, en nuestros tiempos, cuando se supone que más igualdad hay, incluso entre animales y humanos,donde incluso se castiga severamente a humanos por sacrificar animales, podemos ver cómo mueren miles y miles de hombres en guerras o como producto de las mismas. Porque la tierra nos da, pero también nos espera y muchas veces con sacrificios de animales podemos salvar una o muchas vidas, empleando el cuerpo del animal, a cambio de la vida de uno o más humanos. Porque si la tierra no recibe un cuerpo por el cual está esperando, ella lo tomará de todas maneras.
Digo esto para que sea tomado como reflexión. Aquellos que nos acusan de
satánicos por el sacrificio de animales, pueden meditar si por su afán de proteger animales, no han sido causantes de la pérdida de algunas vidas humanas.
Nota del Editor: Leonel estaba molesto específicamente con los católicos y
cristianos, quienes en programas, periódicos y cualquier otro medio de comunicación, se dedicaban a llamar satánica a nuestra religión, por el hecho de sacrificar animales.
Son raras las veces en que una religión no hace sacrificios. De hecho, en el
cristianismo, el supuesto hijo de Dios, es tratado como un cordero, el cual fue
sacrificado por su propio padre y ese sacrificio humano, es rememorado en cada misa. No vamos a criticar, tal como lo dijo Leonel, pero nos parece que los cristianos, son los menos indicados para criticarnos. Lo cierto es que Leonel, estaba muy molesto, por las críticas de estos.
En aquella ocasión, estaba hablando de ello en su página de Facebook y allí
estábamos intercambiando opiniones, cuando de repente me dijo públicamente: “Águila, estos católicos fanáticos me tienen muy cansado. He escrito algunas
cosas sobre el cristianismo, pero necesito que le des forma, aquí te envío el
escrito”. El escrito me lo mandó por mensaje privado. Le dije que lo leería y le
daría mis comentarios.
El escrito era largo y cuando terminé de leerlo, volví a comentar en el mismo hilo de mensajes. Le escribí: “Leonel, creo que haremos algo mejor que darle forma a tu escrito. La verdad está muy bueno, solo debemos orientarlo”. Me escribió de vuelta: “¿Qué estás pensando Águila?” Le escribí: “Lo que hemos hecho siempre, cuando recibimos tan duras críticas de parte de gente que no conoce nuestra religión” “¿De qué se trata Águila?” - me preguntó. Pues, Defender Nuestras Tradiciones. Haremos el libro III, yo me encargo del resto”. Y así fue que nació la respuesta que le dábamos, no solo al cristianismo, sino también al Islam, con el Libro: Defendiendo Nuestras Tradiciones III.
Solo queda por decir a nuestros aleyos y religiosos, que no se puede ser satánico, porque simplemente, Satán no existe. Satán fue creado para beneficio y lucro de sus creadores y eso está claramente registrado en la historia. No vemos razón alguna del porque la palabra de Yaveh, deba valer más que la palabra de Olodumare.
Del Libro Leonel Gámez Osheniwo: Enseñanzas de un Amigo, un Hermano, un Maestro.
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