El proceso de transformación espiritual puede ser descrito como un poner juntos los poderes de la experiencia y del entendimiento.
Cuando este poder es integrado, empuja a la conciencia de una persona más allá de sus limitaciones.
Cada vez que esto ocurre, el viejo espíritu interno fallece y un nuevo espíritu renace. Este renacimiento es el mensaje del Igbódù (la iniciación, cuarto sagrado) y de acuerdo a Ifá, Igbódù es recreado cada vez que alguien gana nuevo poderes sobre si mismo y el Mundo por medio de la consagración. En cada momento en que estamos conscientes, el cuerpo interactúa con el Mundo por medio de una respuesta emocional a los estímulos.
Al ocurrir estas respuestas, la mente intenta ajustar las reacciones emocionales a alguna forma de marco racional. Tanto el pensamiento como la emoción son expresiones fundamentales de àse (poder) tal como se manifiesta por medio de la acción humana transformada en la consagración espiritual. Asé es el impulso esencial de la Creación.
Todo el asé puede expresarse a sí mismo o bien por medio de la expansión o bien de la contracción. Ifá representa la expansión por medio del uso de una sola línea,(irumale), y la contracción por medio del uso de una línea doble (los mejis). Los Odù de Ifá siempre hablan del estar en una relación apropiada con alguna de estas dos fuerzas, según cómo ellas encuentren expresión en una situación dada.
Algunos babalawo se refieren a la expansión como iré y a la contracción como ayewo. Esto puede llevar a alguna confusión y a malas interpretaciones si ayewo es considerado inherentemente malo, o de cualquier manera, negativo.
Cuando se nos para en un oriki ya pensamos que estamos en ayewo, y en realidad no es así. Como se que un orisa quiere algo si no se para. El concepto de ayewo es un obstáculo pasajero.
Es importante aquí hacer una distinción entre ayewo como una condición de la existencia y un Odù que viene con una orientación de ayewo. En la vida hay momentos en los que es apropiado aferrarnos a nuestros sentimientos para poder evitar un conflicto innecesario.
Aferrarse a las emociones es una forma de contracción o ayewo En otros momentos es apropiado soltarse de nuestros sentimientos en busca de nuevas experiencias.
Desprenderse de las emociones o materiales es una forma de expansión o ire. En la vida hay momentos en los que es apropiado aferrarse a nuestras estructuras de entendimiento para que podamos poner a prueba su validez. Aferrarse a estructuras de entendimiento es una forma de ayewo racional.
En la vida hay momentos en los que es apropiado soltar las viejas formas de pensar para ganar un tiempo más profundo sobre el espíritu interno y el mundo. Desprenderse de las viejas formas de pensar es una forma de iré racional.
Que dichosos los que están orientados por Òrúnmìlá.
Fuente (edibere)
Cuando este poder es integrado, empuja a la conciencia de una persona más allá de sus limitaciones.
Cada vez que esto ocurre, el viejo espíritu interno fallece y un nuevo espíritu renace. Este renacimiento es el mensaje del Igbódù (la iniciación, cuarto sagrado) y de acuerdo a Ifá, Igbódù es recreado cada vez que alguien gana nuevo poderes sobre si mismo y el Mundo por medio de la consagración. En cada momento en que estamos conscientes, el cuerpo interactúa con el Mundo por medio de una respuesta emocional a los estímulos.
Al ocurrir estas respuestas, la mente intenta ajustar las reacciones emocionales a alguna forma de marco racional. Tanto el pensamiento como la emoción son expresiones fundamentales de àse (poder) tal como se manifiesta por medio de la acción humana transformada en la consagración espiritual. Asé es el impulso esencial de la Creación.
Todo el asé puede expresarse a sí mismo o bien por medio de la expansión o bien de la contracción. Ifá representa la expansión por medio del uso de una sola línea,(irumale), y la contracción por medio del uso de una línea doble (los mejis). Los Odù de Ifá siempre hablan del estar en una relación apropiada con alguna de estas dos fuerzas, según cómo ellas encuentren expresión en una situación dada.
Algunos babalawo se refieren a la expansión como iré y a la contracción como ayewo. Esto puede llevar a alguna confusión y a malas interpretaciones si ayewo es considerado inherentemente malo, o de cualquier manera, negativo.
Cuando se nos para en un oriki ya pensamos que estamos en ayewo, y en realidad no es así. Como se que un orisa quiere algo si no se para. El concepto de ayewo es un obstáculo pasajero.
Es importante aquí hacer una distinción entre ayewo como una condición de la existencia y un Odù que viene con una orientación de ayewo. En la vida hay momentos en los que es apropiado aferrarnos a nuestros sentimientos para poder evitar un conflicto innecesario.
Aferrarse a las emociones es una forma de contracción o ayewo En otros momentos es apropiado soltarse de nuestros sentimientos en busca de nuevas experiencias.
Desprenderse de las emociones o materiales es una forma de expansión o ire. En la vida hay momentos en los que es apropiado aferrarse a nuestras estructuras de entendimiento para que podamos poner a prueba su validez. Aferrarse a estructuras de entendimiento es una forma de ayewo racional.
En la vida hay momentos en los que es apropiado soltar las viejas formas de pensar para ganar un tiempo más profundo sobre el espíritu interno y el mundo. Desprenderse de las viejas formas de pensar es una forma de iré racional.
Que dichosos los que están orientados por Òrúnmìlá.
Fuente (edibere)
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