José Gomes da Silva, nacido en el interior de Pernambuco, era un negro fuerte y ágil, gran jugador y bebedor, mujeriego y peleador. Manejaba el cuchillo como nadie, y enfrentarlo en una pelea era lo mismo que firmar un certificado de defunción. Los policías ya sabían del peligro que él representaba. Difícilmente lo encaraban solos, venían siempre en grupo y así mismo no tenían la certeza de no salir bastante perjudicados de las discusiones en que con él se envolvían. No era de mal de corazón, todo lo contrario, era bueno, principalmente con las mujeres, las cuales trataba como reinas.
Su vida era la noche, su alegría las cartas, los dados, la bebida, la juerga, las mujeres y porqué no, las peleas. Jugaba para ganar, pero no gustaba de engañar a los incautos, siempre los perdonaba, y los dejaba ir, aunque fuera necesario darles un escarmiento. Pero por el contrario, a los falsos expertos, aquellos que se creían mas capaces en el manoseo de las cartas y los dados, a estos los engañaba cuanto podía y los consideraba como los verdaderos otários. Los incentivaba al juego, perdiendo a propósito inicialmente, cuando las apuestas todavía eran bajas y vaciándolos completamente al final de las partidas. Eso bebiendo aguardiente, cerveza, vermouth, y otras bebidas alcohólicas que haya.
Esta entidad anduvo por el mundo, sus manifestaciones se presentan en todas partes del mundo. Hubo noticias en los diarios, de una médium que lo incorporaba en los Estados Unidos, así como otros, en varias localidades.
En Río de Janeiro se aproximó al arquetipo del antiguo malandro de Lapa, cantado en historias, músicas y obras de teatro. Algunos gustan vestirse al estilo. Terno Blanco y corbata. Pero la mayoría, gusta mismo de ropas leves, camisas de seda, y justifican su gusto recordando que la seda les protege de los cortes de navaja, arma blanca común entre los malandros. Beben de todo, desde caña hasta whisky, fuman la mayoría de las veces cigarros, pero utilizan también el tozcano. Son cordiales, alegres, danzan la mayor parte del tiempo y les gustan usar sombreros Panamá.
Se pueden envolver en cualquier tipo de asunto y tienen la capacidad espiritual bastante elevada para resolverlos, pueden curar, desamarrar, desmanchar, como pueden proteger y abrir caminos. Tienen siempre grandes amigos entre los que van a visitarlos en sus sesiones o fiestas.
Existen también las manifestaciones femeninas del malandraje: Maria Navalha es un buen ejemplo. Se manifiestan con características semejantes a los malandros, danza, samba, bebe y fuma de la misma manera. A pesar del aspecto rudo, demuestra siempre mucha feminidad. Ellas son vanidosas, gustan de regalos bonitos y de flores, principalmente las rosas rojas, además de gustar de vestirse muy bien.
Su vida era la noche, su alegría las cartas, los dados, la bebida, la juerga, las mujeres y porqué no, las peleas. Jugaba para ganar, pero no gustaba de engañar a los incautos, siempre los perdonaba, y los dejaba ir, aunque fuera necesario darles un escarmiento. Pero por el contrario, a los falsos expertos, aquellos que se creían mas capaces en el manoseo de las cartas y los dados, a estos los engañaba cuanto podía y los consideraba como los verdaderos otários. Los incentivaba al juego, perdiendo a propósito inicialmente, cuando las apuestas todavía eran bajas y vaciándolos completamente al final de las partidas. Eso bebiendo aguardiente, cerveza, vermouth, y otras bebidas alcohólicas que haya.
Esta entidad anduvo por el mundo, sus manifestaciones se presentan en todas partes del mundo. Hubo noticias en los diarios, de una médium que lo incorporaba en los Estados Unidos, así como otros, en varias localidades.
En Río de Janeiro se aproximó al arquetipo del antiguo malandro de Lapa, cantado en historias, músicas y obras de teatro. Algunos gustan vestirse al estilo. Terno Blanco y corbata. Pero la mayoría, gusta mismo de ropas leves, camisas de seda, y justifican su gusto recordando que la seda les protege de los cortes de navaja, arma blanca común entre los malandros. Beben de todo, desde caña hasta whisky, fuman la mayoría de las veces cigarros, pero utilizan también el tozcano. Son cordiales, alegres, danzan la mayor parte del tiempo y les gustan usar sombreros Panamá.
Se pueden envolver en cualquier tipo de asunto y tienen la capacidad espiritual bastante elevada para resolverlos, pueden curar, desamarrar, desmanchar, como pueden proteger y abrir caminos. Tienen siempre grandes amigos entre los que van a visitarlos en sus sesiones o fiestas.
Existen también las manifestaciones femeninas del malandraje: Maria Navalha es un buen ejemplo. Se manifiestan con características semejantes a los malandros, danza, samba, bebe y fuma de la misma manera. A pesar del aspecto rudo, demuestra siempre mucha feminidad. Ellas son vanidosas, gustan de regalos bonitos y de flores, principalmente las rosas rojas, además de gustar de vestirse muy bien.
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