#PortalAfricanista El vudú haitiano no es sólo una religión recreada por los esclavos africanos en la colonia francesa
llamada la Hispanola que comprendía Haití y la Republica Dominicana, es por el contrario una
religión humanista, un conjunto de tradiciones culturales que constituyen el cimiento que une al
pueblo haitiano en los momentos de crisis y lo salva de la desesperanza. El vudú procura obtener la
invulnerabilidad del creyente por circunstancias de éste con la divinidad superior. De esa forma el
creyente tiende a identificarse con la deidad o con los objetos divinizados, para hacerse invulnerable
como la misma divinidad. Es una práctica religiosa que no está cerrada a la aparición de nuevos
luases (divinidades). El hombre es uno con la naturaleza, es uno con sus dioses, es uno con su
entorno, el vudú. Los cultos de vudú son sincréticos desde la época colonial, se mezclaron con los
cristianos.
Cuando escuchamos de vudú inmediatamente nuestra mente se imagina la más terrible de todas las magias de la tierra, empezamos a pensar en dos cosas: muñecos vudú (estos últimos hasta los podemos encontrar como llaveros hechos de lazo o tela de diversos colores y con caritas felices) y zombis, estos últimos los muertos vivientes que salen de sus tumbas por un poderoso hechizo el cual salen a cometer horribles crímenes y actos aberrantes por ordenes del brujo que le hizo el conjuro; últimamente han tenido gran auge por las series televisivas y por el movimiento zombi, una forma de pseudo protesta por el mundo globalizado y progresista. El vudú, es una religión mal conocida, desprestigiada, tergiversada por las revistas, los libros, las películas que se dicen serias y objetivas. De manera sistemática y con gran sensacionalismo, los medios extranjeros han contribuido a presentarla constantemente como una horrible acumulación de burdas supersticiones, orgías sexuales, magia negra, brujería y maleficios. En una temporada televisiva de un famoso programa (de la televisión de paga) donde se manejan temas de alta magia y brujería, se manejaron esbozos del vudú en dos de sus personajes pero caen en lo absurdo en todo lo que se manifiesta en dicho programa, lo más deplorable es cuando sale un luá: Papa Legba, aquel que abre los caminos muy semejante a Ellegua de la Regla de Ocha; literalmente lo presentan como un ser que se le invoca poniendo líneas de cocaína para que las inhale; haciéndolo ver más como un santo sediento de drogas y de bebes ya que para que cumpla sus deseos de los invocadores deben dejarle un bebe como alimento. Todo esto demerita y degrada al vudú como algo que siempre hemos visto una religión totalmente sangrienta y depravada. El vudú haitiano no es sólo una religión recreada por los esclavos africanos en la colonia francesa llamada la Hispanola que comprendía Haití y la República Dominicana, es por el contrario una religión humanista, un conjunto de tradiciones culturales que constituyen el cimiento que une al pueblo haitiano en los momentos de crisis y lo salva de la desesperanza. El vudú es asociado a uno de los países más pobres y marginados de América: Haití; famoso y ahora conocido por el devastador sismo del 2010.
Cuando escuchamos de vudú inmediatamente nuestra mente se imagina la más terrible de todas las magias de la tierra, empezamos a pensar en dos cosas: muñecos vudú (estos últimos hasta los podemos encontrar como llaveros hechos de lazo o tela de diversos colores y con caritas felices) y zombis, estos últimos los muertos vivientes que salen de sus tumbas por un poderoso hechizo el cual salen a cometer horribles crímenes y actos aberrantes por ordenes del brujo que le hizo el conjuro; últimamente han tenido gran auge por las series televisivas y por el movimiento zombi, una forma de pseudo protesta por el mundo globalizado y progresista. El vudú, es una religión mal conocida, desprestigiada, tergiversada por las revistas, los libros, las películas que se dicen serias y objetivas. De manera sistemática y con gran sensacionalismo, los medios extranjeros han contribuido a presentarla constantemente como una horrible acumulación de burdas supersticiones, orgías sexuales, magia negra, brujería y maleficios. En una temporada televisiva de un famoso programa (de la televisión de paga) donde se manejan temas de alta magia y brujería, se manejaron esbozos del vudú en dos de sus personajes pero caen en lo absurdo en todo lo que se manifiesta en dicho programa, lo más deplorable es cuando sale un luá: Papa Legba, aquel que abre los caminos muy semejante a Ellegua de la Regla de Ocha; literalmente lo presentan como un ser que se le invoca poniendo líneas de cocaína para que las inhale; haciéndolo ver más como un santo sediento de drogas y de bebes ya que para que cumpla sus deseos de los invocadores deben dejarle un bebe como alimento. Todo esto demerita y degrada al vudú como algo que siempre hemos visto una religión totalmente sangrienta y depravada. El vudú haitiano no es sólo una religión recreada por los esclavos africanos en la colonia francesa llamada la Hispanola que comprendía Haití y la República Dominicana, es por el contrario una religión humanista, un conjunto de tradiciones culturales que constituyen el cimiento que une al pueblo haitiano en los momentos de crisis y lo salva de la desesperanza. El vudú es asociado a uno de los países más pobres y marginados de América: Haití; famoso y ahora conocido por el devastador sismo del 2010.
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